Aprendemos técnicas culinarias básicas así como recetas sencillas y nutritivas para potenciar nuestro aprendizaje; mejorar nuestras relaciones humanas; trabajar en equipo; estrechar lazos de amistad y afecto con nuestros compañeros, maestros y padres de familia, y lo más importante: cómo mantenernos sanos por el resto de nuestras vidas.
El énfasis del Día Sabrosito está en estilos de cocina que el ritmo de vida moderno ha dejado atrás: panificación, elaboración de pastas frescas (espagueti, fetucini, lasagna), embutidos, quesos frescos, helados y nieves artesanales, además, por supuesto, de deliciosas ensaladas.
También experimentamos con estilos de cocina alternativos, como ollas y deshidratadores solares y sistemas de cocción lenta, lo que nos ha permitido tener un muy amplio rango de posibilidades culinarias.
La consigna es elaborar platillos sanos y deliciosos, a la vez que asequibles tanto a niños como a padres de familia.
Así, en forma amable, los alumnos acceden a nuevos sabores y mejores actitudes hacia los vegetales y la comida en general.
Paralelamente, la preparación de alimentos nos permite explorar desde otro ángulo, el desarrollo de habilidades psico-motoras, la percepción y la sensibilidad.
Igualmente, abrimos paso a la reflexión sobre el impacto de la alimentación en la salud, la calidad de vida y el aprendizaje, así como en los aspectos científicos, socioculturales e históricos que entraña la gastronomía.
De tal suerte, profesores aprecian la vinculación de los programas escolares con una actividad extra-curricular amable y original; padres de familia disfrutan de la convivencia con sus hijos, y los niñ@s aman preparar sus platillos, y, sobre todo, aprender desde pequeños el arte del buen comer.
Los Días Sabrositos son mucho más que una aventura educativa: ¡Son una auténtica celebración!
** Acceso a publicaciones anteriores del Día Sabrosito. Sigue este enlace.
El énfasis del Día Sabrosito está en estilos de cocina que el ritmo de vida moderno ha dejado atrás: panificación, elaboración de pastas frescas (espagueti, fetucini, lasagna), embutidos, quesos frescos, helados y nieves artesanales, además, por supuesto, de deliciosas ensaladas.
También experimentamos con estilos de cocina alternativos, como ollas y deshidratadores solares y sistemas de cocción lenta, lo que nos ha permitido tener un muy amplio rango de posibilidades culinarias.
La consigna es elaborar platillos sanos y deliciosos, a la vez que asequibles tanto a niños como a padres de familia.
Así, en forma amable, los alumnos acceden a nuevos sabores y mejores actitudes hacia los vegetales y la comida en general.
Paralelamente, la preparación de alimentos nos permite explorar desde otro ángulo, el desarrollo de habilidades psico-motoras, la percepción y la sensibilidad.
Igualmente, abrimos paso a la reflexión sobre el impacto de la alimentación en la salud, la calidad de vida y el aprendizaje, así como en los aspectos científicos, socioculturales e históricos que entraña la gastronomía.
De tal suerte, profesores aprecian la vinculación de los programas escolares con una actividad extra-curricular amable y original; padres de familia disfrutan de la convivencia con sus hijos, y los niñ@s aman preparar sus platillos, y, sobre todo, aprender desde pequeños el arte del buen comer.
Los Días Sabrositos son mucho más que una aventura educativa: ¡Son una auténtica celebración!
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